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Septiembre 11 de 2002 EL TIEMPO http://eltiempo.terra.com.co
Denuncian alzas desmedidas en los medicamentos
El año pasado se vendieron en droguerías de barrio, supermercados y otros establecimientos comerciales del país más de 305 millones de unidades de medicamentos.
Pese a que el Gobierno admite que las alzas no sobrepasan el 13,8 por ciento en promedio, hay casos de medicinas que se encarecieron más del 700 por ciento.
Los medicamentos subieron tanto de precio en el último año que los enfermos, con solo ver los costos de las nuevas fórmulas, se alientan sicológicamente. O se agravan más.
Así resume Alberto Rodríguez, dueño de una pequeña droguería del barrio Las Cruces, en el sur de Bogotá, lo que sucede con el mercado de las medicinas especializadas: hay abuso en las tarifas.
En Colombia las medicinas tienen libertad de precios desde hace tres años. De 11.293 medicamentos registrados, solo 135 (el 1,1 por ciento) están sometidas al control directo de las autoridades.
Los analgésicos, antiasmáticos, jarabes, anticonceptivos, antibióticos, reguladores para la presión, broncodilatadores y pediátricos, tuvieron alzas el año pasado que superaron el 200 por ciento.
Reportes enviados por los laboratorios a la Comisión Nacional de Precios de Medicamentos, y conocidos por EL TIEMPO, revelan que en el 2001 productoras como Incobra subieron el bioquímico líquido pediátrico en un 732 por ciento; Bifán incrementó el jarabe Rinobifán el 222 por ciento. Así mismo, Boehringuer elevó el regulador de la tensión Effortil el 164 por ciento.
Los incrementos, entre enero del 2001 y junio del 2002, fueron corroborados por el presidente de la Asociación Colombiana de Droguistas Detallistas (Asocoldro), Maximio A. Visbal.
"Si bien es cierto que algunos laboratorios han manejado responsablemente los precios dentro del régimen de libertad que tienen, hay otros que han hecho lo que quieren", afirma Visbal.
EL TIEMPO comparó facturas de medicinas compradas en droguerías, entre enero y junio del año pasado, con los costos actuales y encontró que los anticonceptivos aumentaron el 78 por ciento.
Pese a que el director de Comercio, Promoción y Competencia del Ministerio de Desarrollo, Hernán González, asegura que los medicamentos subieron solo el 13,8 por ciento en promedio el año pasado, admite que "se han cometido algunos excesos".
Fuera de control
Los precios están fuera de control. En primer lugar, por el régimen de libertad de precios que impera. En segundo, porque la Comisión Nacional de Precios del Ministerio de Desarrollo que vigila la industria farmacéutica, no sanciona. Y los droguistas, determinantes en los precios, tampoco tienen quien los vigile.
González, quien es al mismo tiempo el secretario técnico de la Comisión, declara que carece de herramientas jurídicas para poner en cintura a los laboratorios. No opina lo mismo Visbal, para quien la Ley 100 les dio a las autoridades el mecanismo para 'castigar' los excesos con el sometimiento de las medicinas al régimen del control directo. No se marcan precios
La imposibilidad de controlar los precios, se hizo evidente con una circular emitida por la Comisión el 2 de mayo del 2002 -firmada por los ex ministros de Desarrollo, Eduardo Pizano, y Salud, Gabriel Riveros, y el delegado del Presidente de la República, Jaime Arias- y que obligaba a la industria farmacéutica a marcar en los empaques y envases el "precio sugerido al público".
La medida -dice un asesor comercial de medicamentos-, representaba una ventaja para el consumidor por cuanto podía saber cuánto le subían a su medicamento, en qué tiempo y reclamar el cobro por debajo del precio fijado en el empaque, expresa.
Sin embargo, esa medida fue rechazada por todos: la Cámara de la Industria Farmacéutica de la Asociación Nacional de Industriales (Andi), la Asociación de Laboratorios Farmacéuticos e Investigación (Afidro), la Federación Nacional de Comerciantes (Fenalco) y Asocoldro.
Suspenden medida
Las agremiaciones sostenían que la circular violaba el régimen de libertad de precios, contribuía a elevar aún más los costos de los medicamentos por la rotulación y podía generar negociaciones indebidas con el margen de utilidades entre laboratorios y comercios. A los tres meses de discusiones, la Comisión suspendió la rotulación de los precios.
Ya para entonces, la Comisión Nacional de Precios había llamado a los laboratorios excedidos en los incrementos. La lista la componían 16 laboratorios, entre ellos, Boehringuer, Incobra y Bifán. Nunca hubo sanciones.
Los laboratorios defendieron el aumento señalando que la devaluación del peso influye en la industria porque del total de las medicinas vendidas en el país, cerca del 70 por ciento son importadas. Igual sucede con todas las materias primas requeridas para la producción, expresa el director de la Cámara de la Industria, Juan Manuel Gutiérrez.
Actualmente el sector farmacéutico, que mueve un negocio de 2, 7 billones de pesos al año, tiene la orden de no remitir a la Comisión los precios sugeridos. Así, se pasan por la faja a la Comisión.
González acepta que los medicamentos seguirán subiendo por efecto de la devaluación. Para droguistas como Rodríguez y usuarios como Guillermo Pérez, quien verificó un aumento del 25 por ciento en los dos últimos meses en su medicamento para la próstata, las alzas no parecen tener remedio.
LUCEVÍN GÓMEZ E.
Redactora EL TIEMPO
Laboratorios no responden
Alberto Bravo, presidente
Asociación de Industria Farmacéutica Colombiana (Asinfar).
La agremiación impartió instrucción para que los
laboratorios nacionales aumenten precios de acuerdo con la
estructura de costos. Si hay alzas exageradas, deberán responder
ante las autoridades.
Peter Heshusius, gerente Incobra. (Filial Bifán).
Compañías como las colombianas tienen que realizar altas
inversiones para la producción de medicamentos, lo cual incide
en los precios. No puede compararse sus costos con los de los
medicamentos que solo son importados. Tampoco es lo mismo que un
medicamento de 1.000 pesos suba a 4.000, a otro que vale 50 mil
pesos y sube a 60 mil pesos.
Andrés Dybowski, gerente Boehringer. Durante casi seis
años no pudimos aumentar los precios, por eso hay altos
incrementos. Si estos son bajos y afectan la viabilidad de la
empresa, la opción es subir precios o retirar los productos del
mercado. Ninguna compañía puede con pérdidas sobrevivir.
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